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13/06/2019 0 By admin-guemesam

Situaciones extraordinarias requieren medidas extraordinarias. El bitcoin se convirtió en una medida extraordinaria para evitar la pérdida de poder adquisitivo de algunas personas que decidieron invertir en esta criptomoneda, la cual llegó a posicionarse en los USD 10,000. Sin embargo, la volatilidad en estos criptoactivos, que puede representar una oportunidad millonaria para algunos inversionistas, puede llevar a otros a la quiebra.

Por ejemplo, el valor del bitcoin se desplomó en marzo de este año, cuando tocó el piso de los USD 5,000, pero, no siendo la excepción, se recuperó en plena crisis sanitaria. Sin duda, el bitcoin es el nuevo refugio que más de un inversionista buscó.Detrás de esta tendencia se encuentra el rendimiento logrado por las criptomonedas en 2017,año en que el valor del bitcoin creció más del 1,000%, mientras que otras criptomonedas en ese entonces menos conocidas, como el ripple y NEM, fueron las mayores ganadoras, registrando porcentajes del 36,018% y 29,842%, respectivamente.

Esta gran apreciación cae precisamente en la definición de burbuja financiera. Los rendimientos fueron excelentes para quienes invirtieron en etapas tempranas y cosecharon ganancias en el pico más alto de la gráfica. El bitcoin y otras altcoins han ganado enteros a diferencia de la burbuja generada en 2017.

Se estima, según Fidelity Investments, que 36% de las principales instituciones de inversión de Europa aún tiene activos en bitcoins y otros derivados, mientras que en Estados Unidos este número representa un 27%. Esto parece ir en línea con la propuesta de algunos bancos de respaldar el ripple (XRP) o del empeño de Facebook para que la libra finalmente vea la luz.

Aunque estos rendimientos parecen interesantes, no podemos dejar de lado el riesgo en la ecuación. Los riesgos asociados a estas inversiones provienen de diferentes fuentes. Una de ellas es el hype, que en inglés se traduce como grandes expectativas generadas artificialmente por las sobrevaloración de las cualidades de las criptomonedas.

Otra es el FOMO, que significa fear of missing out, o miedo a quedarse fuera de la ecuación. Otro tipo de riesgo es la seguridad de la misma criptomoneda en las bolsas de valores y en las carteras o wallets. En los tres medios, las fallas de seguridad han impulsado mayor protección y blindaje ante posibles ataques.

El tercer tipo de riesgo es la volatilidad ocasionada por la irrupción de nuevas tecnologías y el desfase entre los periodos iniciales de adaptación y la normalización del mercado.

Asociado con esto, el riesgo de liquidez conlleva que, cuanta más adopción (disponibilidad y aceptación) de dinero virtual exista, habrá mayor liquidez, generando oportunidades de financiamiento atractivas por parte de bolsas de valores de criptomonedas. Por último, existe un riesgo fiscal y regulatorio, una área gris mayormente indefinida en la mayoría de los países.

Mientras, China ha puesto a disposición de sus ciudadanos una oportunidad para que el mundo vea funcionando las criptomonedas. La pandemia ha creado tal disrupción en los mercados que ha visto nacer una nueva moneda virtual que podría modificar la relación entre el dinero, poder económico e influencia geopolítica en este país y el mundo. Tras cinco años de construcción, el yuan digital y oficial de China está en pruebas desde abril. Esta moneda tiene como objetivo desplazar a la moneda física actual y convertirse en la primera moneda soberana en residir exclusivamente en el éter.

El confinamiento en el país más poblado del mundo, con 1,399 millones de personas, dispuso el escenario perfecto para la apuesta de Xi Jinping por la tecnología blockchain.

La intensidad en el uso de efectivo cayó por debajo del 5% en China, donde se ha demostradola preferencia por los pagos hechos a través de apps. Más del 80% de los usuarios de teléfonos inteligentes en China realiza pagos electrónicos vía Alipay y WeChat, desplazando ala banca tradicional.

Para restaurar este desbalance, el yuan digital será ofrecido a los consumidores a través de bancos, permitiendo al gobierno regular de manera más efectiva al mercado.

Fuera de la República Popular, la gran pregunta es si el yuan digital se convertirá en un competidor letal para el dólar. Esta criptomoneda, que empezó de manera muy modesta, podría preparar el camino para cambios ambiciosos y duraderos, más allá de la crisis económica o sanitaria. Los cheques marcaron las transacciones de compra-venta a finales del siglo pasado, las tarjetas de crédito y débito fueron el motor de las últimas décadas y ahora las criptomonedas se normalizarán en los mercados. Es buen momento para reflexionar… ¿Será tiempo de pasar a transacciones de wallet a wallet marcando el distanciamiento social? ¿Qué pasará en países dominados por el efectivo, como México?

* Profesora de cátedra de EGADE Business School, alumno del MBA de EGADE Business School

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