River le ganó a Libertad, clasificó a octavos de final de la Copa y al Mundial de Clubes 2025.
15/05/2024Ganó River y se afirmó en la punta del Grupo H de la Copa Libertadores, clasificó a octavos y además se aseguró su lugar en el Mundial de Clubes de 2025,que se disputará en los Estados Unidos. El equipo dirigido por Martín Demichelis es el primer conjunto argentino que sacó su pasaje al certamen que se llevará a cabo del 15 de junio al 13 de julio del año próximo.
Aplausos para todos. Esta vez, no hubo reproches, ni antes ni después del partido. Ni al entrenador ni a un jugador señalado. Alegría general en el Monumental, por el resultado y… por lo que genera ese resultado. El juego tuvo grises, no fue la mejor versión millonaria. Sin embargo, tiene el valor extraordinario de disponer de un goleador, de un número 9 de salón. Lo resolvió Miguel Borja.
Y justamente el zurdo con sus pases filtrados a Borja y las proyecciones constantes de un lateral derecho que ratificó lo hecho el fin de semana ante un rival que presentó mayor batalla marcaron el camino de un River que las únicas zozobras que sufrió fueron por errores no forzados en la salida que le permitieron a Libertad aproximarse con pelotas detenidas.
Pero sin perder la paciencia ante un Libertad que se abroqueló con un 4-5-1 y líneas muy justas para evitar el arranque explosivo de Echeverri, Colidio hizo lucir al arquero, Aliendro la dejó en el techo del arco, Paulo Díaz metió un nucazo al palo y la pirueta del Diablito se fue alta. Una vez más, River merecía y no era efectivo, pero el grito sagrado otra vez llegó de la mano de Borja, con control en el área, giro y remate letal para empezar a encaminar una victoria que terminó siendo más sufrida de lo que se esperaba.
Con mucho para ganar y poco para perder, Libertad salió a buscar de forma agresiva el empate y River entró en un golpe por golpe que no lo favoreció. Es cierto que solo hubo una atajada -y la de siempre en Libertadores- de Franco Armani y que fueron más aproximaciones que llegadas claras, pero generaron preocupación en Demichelis y lo obligó a retocar el medio (Nacho pasó a la izquierda y Aliendro a la derecha) y a buscar soluciones en el banco con los ingresos de dos rapiditos como Barco y Solari para liquidarlo de contra.
A diferencia de lo que sucedió ante Nacional, cuando el conjunto guaraní propuso un juego friccionado y con pierna fuerte -con la complicidad de un permisivo Piero Maza-, esta vez River supo aguantar, esperó el momento con Fonseca y Mastantuono para oxigenar el medio y Borja sacó otro conejo de la galera que no hizo más que reiterar su jerarquía copera y la sustancial importancia que tiene en este equipo.
El primer objetivo del semestre está cumplido. River sabe que el primer puesto del grupo H es suyo con una fecha de antelación y que ante Deportivo Táchira podría quedar como el mejor de la general, lo que le pemitiría definir los mata-mata de local en un Monumental cada vez más difícil de vulnerar.
Y, claro, la chapa de jugar el nuevo certamen internacional de la FIFA con los mejores equipos del mundo es otro motivo de tranquilidad para encarar lo que viene. Porque si bien todavía tiene que mejorar el funcionamiento, sacó adelante un típico choque copero y Demichelis, más allá del respaldo tranquilizador que recibió, trabajará con la grata sensación de que el primer paso del año está dado. Pasaje en el bolsillo y todos contentos.